Carne descarnada
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Ya la ciencia y la tecnología habían dado pasos anteriores.
En el campo de la nutrición se habían logrado resultados contradictorios asombrosos: el café descafeinado, la leche deslactosada, y algún humorista hablaba de la posible agua deshidratada.
Cuando a algo se le priva de sus elementos constitutivos se ha hablado de que es “arroz con leche sin arroz” o “caldo de pollo sin pollo”. Pero la reciente noticia anuncia la producción de carne de pollo sin matar pollos y carne de pato sin sacrificar patos.
“Una mejor carne, un mejor mundo”. Es el lema de la empresa estadounidense Memphis Meats, que aboga por producir carne sin necesidad de matar a los animales. Ha impulsado a sus investigadores a desarrollar un método innovador de producción de uno de los alimentos básicos de muchas cocinas del mundo.
El método se basa en la fabricación de carne mediante el cultivo de células de los animales. A partir de esta técnica, Memphis Meats ha conseguido crear carne de pollo y de pato por primera vez en el mundo.
La ingeniería biológica entregará pronto a los mercados no vegetarianos esta carne de aves. Competirá con los pollos locos y felices y norteños, aunque no se precisa aún si se trata de pechuga, de alitas, de bota de piernas y muslo o es sólo una especie de picadillo o deshebrado revuelto.
En tiempo de escandalosas hambrunas en tierras de negritud macilenta, cuando hay sequía y violencia, este menú de pollo y pato proliferado podría llevar proteínas a los cuerpos enclenques y raquíticos de esas víctimas de desnutrición.
Todos estos saltos cualitativos, sin embargo, requieren una previsión cuidadosa para evitar futuras contraindicaciones graves. Las leyes naturales tienen sus exigencias. El diseño y proyecto natural puede sufrir alteraciones artificiales que violentan procesos y pueden causar resultados perniciosos. Ya hay un clamoroso rechazo a los vegetales transgénicos. Los alimentos transgénicos son aquéllos que han sido producidos a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas. En la actualidad tienen mayor presencia de alimentos procedentes de plantas transgénicas como el maíz o la soja.
Un cientifismo extralimitado es siempre un gran riesgo, sobre todo cuando se abren horizontes de comercialización. El respeto a las leyes naturales será siempre lo seguro y saludable en bien de la persona humana. Una carne descarnada tendrá que ser bien examinada antes de que pueda llegar a ser parte de un menú deshumanizado...