¿Cómo está la salud de los aspirantes coahuilenses?
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Esta semana en Estados Unidos se vivió un vigoroso debate, tras una fuerte polémica, sobre la necesidad de transparentar el estado de salud de los políticos que aspiran a un puesto público.
La salud de Hillary Clinton, y en un segundo término de Donald Trump, fue el tema que marcó la agenda pública-política de la Unión Americana.
En nuestro País hubo fuerte eco de esta situación, por dos vertientes, la principal que es de toral interés para nuestra nación conocer en qué condiciones clínicas está quien sea que lleve los destinos de nuestro potente vecino del norte.
Sin embargo, en el País no tuvo –para desgracia- tantos decibeles otra vertiente: exigir a nuestra clase política que también informen sobre su situación propia en materia de salud.
Algunas voces exigieron que los aspirantes al 2018 vayan revelando cuál es su condición física y mental de cara a la disputa por la Presidencia.
Por supuesto que es plausible esta exigencia de parte de la sociedad civil. Sin embargo, en Coahuila se debiera abrir el debate y con ello la exigencia para quienes aspiran a un cargo en 2017.
En este espacio lo hemos reseñado en varias ocasiones, 2017 será un año fuerte en materia política-electoral. Se elegirán Gobernador, diputados y alcaldes. Básicamente renovaremos toda administración pública de la localidad.
Por ello, es importante que desde ya el Estado comience a exigir mayor información a los cuadros políticos que aspiran a un cargo público.
En primer orden de importancia, quienes han levantado la mano para contender por la gubernatura debieran compartir una especie de declaración 4de4.
Es decir, debiéramos replicar la exitosa versión de la declaración 3de3, impulsada por la sociedad civil desde la Ciudad de México y con resonancia en todo el país, sobre la transparencia de los aspirantes en materia fiscal, patrimonial y de conflictos de interés.
Sin embargo, no debiera ser el tope. La sociedad coahuilense merece el mayor ejercicio de rendición de cuentas de parte de su clase política y de quienes buscan trabajo como mandatario en la entidad.
El episodio de Hillary Clinton de esta semana debiera ser utilizado como una enseñanza que el sistema ciudadano de Estados Unidos nos está dejando como un punto a replicar.
Aunque sólo uno de los aspirantes que han levantado la mano por la gubernatura de Coahuila, tiene una avanzada edad como Clinton o Trump, se debiera conocer en qué situación médica está cada uno de ellos para afrontar el reto de llevar la administración pública de la localidad.
Pese a que algunas voces podrían alegar que esto involucraría parte de la vida persona, siempre será bienvenido conocer la situación de quien nos pide confiar en él o ella para llevar los destinos en el Estado.
Esta podría ser un buen inicio para conocer qué tan comprometidos están los aspirantes coahuilenses en materia de transparencia y rendición de cuentas.
Nuestro Estado merece el mejor perfil, y debiera ser obligación de todos que exijamos esa transparencia y que los aspirantes asimilen que esto beneficiará a ellos en sus pretensiones políticas y darían una muestra confiable hacia la ciudadanía.
No esperemos a caer en una polémica coyuntural en medio de un proceso, en el que tengamos que analizar en el momento este tema.
Abramos el debate.
Es Domingo de Opinión.