Todos somos iguales

Los antropólogos, científicos que estudian los seres humanos y sus orígenes, aceptan que en la especie humana no hay evidencia científica creíble de que una raza sea cultural o psicológicamente diferente de otra. Es decir, no existe una “raza superior” o, para decirlo con claridad: la raza blanca no es superior a la negra, a la latina y un largo etcétera.

En el siglo pasado algunos científicos se prestaron al nazismo y publicaron la teoría racial, una pseudociencia que ponía estereotipos negativos a la raza judía, cristianos y  negros, lo que al final derivó en la ideología que dio pie al genocidio. Así es como, por razones de “raza”, millones de personas han sido sometidas a experiencias de deshumanización degradantes y humillantes basadas en prejuicios. No obstante las masacres y persecuciones que a lo largo de la historia han sufrido algunas razas, hay aún quienes sostienen que su propia raza es superior a las demás. 

Menciono el caso porque a pesar de los cambios demográficos del último siglo, los Estados Unidos de América no consiguen borrar su turbulento pasado de 200 años de racismo, y mucho menos reconciliarse. Los enfrentamientos desatados por la polémica marcha de los “supremacistas blancos” en Charlottesville, Virginia, ciudad catalogada como la más feliz de América, dejaron tres muertos y más de 20 heridos. Una de las muertes se produjo cuando un automóvil arrolló premeditadamente a un grupo de opositores a la manifestación. 

Luego vino una declaración ambigua del presidente de ese país, Donald Trump, condenando la violencia, pero sin hacer referencia alguna a los “supremacistas blancos” que organizaron la marcha, que contó con la participación de destacadas figuras de la derecha nacionalista de los Estados Unidos, entre ellos un antiguo líder del Ku Klux Klan. 
De inmediato surgieron las acusaciones al pasado reciente, con su violencia verbal hacia grupos minoritarios y mujeres y su idea de la superioridad racial. Durante parte de su vida, e incluso durante su campaña política, el empresario metido a político expresó su creencia en la teoría de los genes, donde personas con un “alto nivel genético” son más susceptibles al éxito. Trump cree que hay personas superiores y que si juntas los genes de una mujer superior y un hombre superior, obtienes un hijo superior.

Su ignorancia es grave y las repercusiones peores, porque si el dirigente de una nación apela a los peores sentimientos de un amplio sector de la población, entonces sólo se puede esperar el resultado que la historia ha comprobado: violencia. 
Pero si a pesar de la evidencia histórica usted sigue siendo un firme creyente de que el origen de sus genes y  raza son superiores, o si usted cree que desciende de la familia real de Suecia, lo invito a participar en un test elaborado por la National Geographic. Se trata del proyecto de investigación genética llamado “Genographic”, diseñado por el genetista de Harvard Dr. Spencer Wells.

La prueba es muy sencilla, pues con una muestra de ADN y con la ayuda de tecnología genética y computacional de avanzada, se analizan nuestros patrones históricos de ADN para hacer un mapa que ubica nuestro origen y raíces genéticas.  Hasta el momento un poco más de 800 mil Homo sapiens lo han hecho, comprobando que la inmensa mayoría tiene –tenemos– un 2.7 por ciento de Neardentales, y sus orígenes datan de hace 150 mil años en África. 

Las sorpresas genéticas han sido mayúsculas, pues han encontrado a musulmanes y judíos con las mismas raíces, kurdos han resultado parientes de turcos, alemanes con raíces indias y así, infinidad de ejemplos.

Es una tristeza el desprecio que Trump y millones de personas tienen por la evidencia científica, pues en este caso la genética pudiera ser un buen antídoto contra el nacionalismo y esa idea absurda del racismo y la discriminación, que no son más que errores de los principios humanos y no de la ciencia. La exploración del genoma ha demostrado que todos los seres humanos, cualquiera que sea su raza, compartimos el mismo conjunto de genes, y su abrumador veredicto ha sido declarar la unidad básica de la humanidad. Todos los hombres son iguales, pero algunos son más iguales que otros. 

@marcosduranf