Ventanas rotas
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Durante décadas hemos tenido gobernantes notoriamente incompetentes y por lo visto deshonestos. No sorprende la protesta airada; sino que se haya tardado tanto.
El aguante tiene doble filo. Que nuestro umbral de dolor sea tan alto afecta a México. Apenas ahora jóvenes se preguntan con cierto temor: ¿Qué es esto?, ¿qué va a pasar?
Entiendo que los jóvenes nunca vivieron las devaluaciones y expropiaciones de Luis Echeverría y José López Portillo o los asesinatos del sexenio de Salinas. No saben sobre el Ejército Zapatista o del colapso económico cuando Ernesto Zedillo. Cobraron conciencia durante Fox, Calderón; despertaron a la hiriente realidad apenas con Peña.
Ahora mi tesis: el mal gobierno, impregnado de corrupción no es accidente, es diseño. Hay dos Méxicos, el que paga y manda; y el que baila con la fea. Uno crece a tasas sostenidas del 20 al 30 por ciento anual y el otro se va muriendo en abonos de sudor y sangre. Nos distraen con el promedio, que es el del 2 por ciento de crecimiento anual. Es el clásico… “ya merito”.
Como madre natura no perdona desequilibrios tan fuertes, el México privilegiado empieza a correr peligro. Internamente, por las reformas tardías y gradualistas. Externamente por la llegada intempestiva de Donald Trump, con sus planes excluyentes.
El México imperial, augusto, imperturbado, está amenazado. Aquí por una manifestación ordenada, civilizada que de paso le hace bronca a “El Bronco”.
No será posible cambiar los precios de las gasolinas nos conformaríamos con la renuncia del mandatario infiel.
Permitir las ventanas rotas es parte del plan para desacreditar a los desacreditadores de “El Bronco”. Hacerse víctima puede dar resultados mediáticos inmediatos. ¡Los manifestantes se confrontaran con los alborotadores! Por contraparte: ¿Dónde se va visto que la Policía, con su pasividad, les diera el “Pase Ud.” a los encapuchados para hacer sus destrozos?
Nuevo León ya demostró hace un año estar en otro nivel. Lo de antier será solo un tropiezo para el movimiento de empoderamiento ciudadano.
Las ventanas rotas le valieron gorro a “El Bronco” escondido. Ahora tienen que ser adoptadas por organizaciones como Congreso Nacional Ciudadano como una metáfora para significar “el genio salió de la botella” y no va a regresar hasta que salga “El Bronco”, y en Nuevo León recuperemos nuestra soberanía por el bien de México mismo. No espero el milagro primaveral en Chiapas, Jalisco o en el DF. Aquí la manipulación se notó gacho. ¡Esa es una gran diferencia!
Nuestras autoridades estatales son un mal chiste, una broma pesada. ¿Tuvieron semanas de anticipación y no previeron lo sucedido? ¿Tomar acciones hubiera sido peor? ¡No creo! Propiciaron una violencia simbólica, contra vitrales y camionetas de los medios para evitar los discursos realmente peligrosos, que por ende nunca llegaron.
¿Qué querían oír los manifestantes? Solo se me ocurre una cosa: la convocatoria para la generación espontánea de un gobierno realmente ciudadano. Empezaría con una fuerza voluntaria para proporcionar la ansiada seguridad en las colonias, coordinados por una red anclada a Facebook, o WhatsApp o Linkedin.
Seguiría con un plan para retomar la educación pública, el transporte, etc. Eso es lo que la gente hubiera querido oír. La propuesta de un nuevo gobierno sin el Gobierno.
Una mano pachona invisible lo impidió. Pero nos dimos cuenta de la jugada. Perdón por la expresión, pero a “El Bronco” y su equipo se les vieron “los chones”.
Claro, ahora será más difícil volver a reunir a los inconformes. Sin duda cambiar el México de las diferencias abismales no será fácil. Por ahora lo único que nos quedó de las marchas de inconformidad son las ventanas rotas y los nuevos precios de la gasolina y luz. Pero mucha más claridad de quienes nos están estorbando.
javierlivas@prodigy.net.mx