Narges Mohammadi, premio Nobel de la Paz 2023 encarcelada en Irán, inicia una huelga de hambre por no recibir atención médica

Dubaí- La decisión tomada por Mohammadi, de 51 años, eleva la presión sobre la teocracia iraní debido a su encarcelamiento, un mes después de ser galardonada con el Nobel en reconocimiento a sus años de activismo, a pesar de enfrentar una campaña en contra de ella por parte del gobierno durante.

Así mismo, se dio a conocer que otra activista que también está encarcelada, la abogada Nasrin Sotoudeh, requiere de atención médica que aún no ha recibido. Sotoudeh fue arrestada cuando asistía al funeral de una adolescente que falleció en circunstancias cuestionables en el Metro de Teherán por no llevar hiyab.

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En respuesta a esta situación, la campaña Liberen a Narges Mohammadi precisó que ella envió un mensaje desde la Prisión de Evin e “informó a su familia que había iniciado una huelga de hambre hace varias horas”. Además, la campaña añadió que Mohammadi y su abogado llevan solicitando durante semanas su traslado a un hospital especializado con el propósito de que reciba atención cardíaca y pulmonar.

Por el momento, no fueron a conocer más detalles en referencia a las condiciones que padece Mohammadi, no obstante, se informó que se realizó un ecocardiograma.

“Narges inició hoy una huelga de hambre... protestando por dos cosas: La política de la República Islámica de retrasar y descuidar la atención médica a los reclusos enfermos, lo que resulta en la pérdida de la salud y la vida de las personas. La política de ‘muerte’ o ‘hiyab obligatorio’ para las mujeres iraníes”, se indica en el comunicado.

También, añadió, la República Islámica “es responsable de cualquier cosa que le suceda a nuestra querida Narges”.

Por otra parte, tanto las autoridades iraníes como la cadena de televisión que es controlada por el Estado no han reconocido la huelga de hambre iniciada hoy por Mohammadi, siendo esta una situación habitual en los casos que involucran a activistas.

Si bien, las mujeres en Irán ocupan empleos, puestos académicos e incluso nombramientos gubernamentales, sus vidas son estrictamente controladas. Están obligadas por ley a usar el hijab, para cubrirse su cabello.

Por último, Mohammadi aun estando presa, continúa con su activismo a pesar los varios arrestos por parte de las autoridades iraníes y de pasar años tras las rejas.

Siendo así, que Ella sigue siendo una figura destacada de las protestas encabezadas por mujeres en todo el país, originadas por la muerte el año pasado de una mujer de 22 años bajo custodia policial, que se convirtieron en uno de los desafíos más fuertes hacia el gobierno teocrático de Irán.

Con información de la Agencia The Associated Press.