A cinco años de los foros de pacificación y reconciliación... el país está menos pacificado y reconciliado
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Nadie recuerda los foros de pacificación y reconciliación que inició Andrés Manuel López Obrador antes de tomar posesión como Presidente. Nadie los recuerda porque a cinco años de emprenderlos como una propuesta de pacificación con base en consultas con las víctimas de la violencia, no hubo resultados.
Aquellos foros fueron un fracaso y nunca existió en cinco años una verdadera política de pacificación y reconciliación. Todo lo contrario, el Presidente ha fomentado la polarización de una sociedad que se clasifica en chairos y fifís, en conservadores y progresistas.
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Fueron un fracaso porque los homicidios violentos y las desapariciones no cesan. Porque en la calle cualquier persona te mata porque le pediste que se formara en la fila, te matan por el simple hecho de ser mujer, te desaparecen porque nadie busca a los desaparecidos.
Los foros de pacificación y reconciliación los encabezó en su momento Alfonso Durazo, quien se convirtió en su secretario de Seguridad y ahora es gobernador de Sonora. De hecho, en Torreón el foro se llevó a cabo un 9 de agosto de hace cinco años.
A cinco años de aquellos foros que reunieron a miles de víctimas directas e indirectas de la violencia en el país, no existe ni un gramo de política pública encaminada a pacificar el país. No se llegó a nada. La realidad, la violenta fue más abrumadora que la demagógica intención de pacificar y reconciliar al país.
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Haciendo una memoria hemerográfica de lo que se planteó aquella vez, se habló de los “territorios de paz”, se planteó una política de drogas que impulsara la prevención y una nueva normatividad en materia de armas de fuego. Se habló de “reconciliar” a la sociedad. Parece que en cinco años se hizo todo lo contrario: desaparecen en promedio 24 personas por día y más de 40 mil mexicanos han muerto de manera violenta.
Ahora, en la semana se presentó la “renuncia” de Karla Quintana como comisionada nacional de Búsqueda de Personas, en un contexto en el que el Presidente pretende simular a toda costa una reducción de las cifras de personas desaparecidas al buscar hacer un nuevo censo a cargo de la Secretaría del Bienestar.
Va más de una década y media de guerra y la política federal es hacer un nuevo censo para, obviamente, maquillar uno de los delitos más atroces y brutales en nuestro país.
Es decir, otra vez, no hay una política de verdad, de memoria, de justicia, de reconciliación y paz. Todo se reduce a la egolatría narcisista de las cifras, de los números. De decir “hubo más en otro sexenio”.
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AL TIRO
Este sexenio, no tengo dudas, terminará como el más sangriento en la historia del país. Habrá más homicidios violentos y desapariciones que en cualquier otro.
Será un sexenio perdido más para las víctimas directas e indirectas. Los pequeños pasos que se han dado hacia delante no son suficientes frente a una política pública que nunca buscó en los hechos detener la violencia, pacificarla y reconciliar a la sociedad, como se prometió hace cinco años.
Este 30 de agosto se celebra nuevamente el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, un día en el que nuevamente marcharán las familias y se dirá lo mismo: no hay avances, no hay voluntad, hay menos recursos, no hay búsquedas. Y siguen desapareciendo personas como siguen matando mexicanos en este país.
Encuesta Vanguardia
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