Con ‘Nyad’ Annette Bening se perfila para el Oscar por ‘cruzar’ desde Cuba a EUA nadando
La actriz interpreta a Diana Nyad, quien a los 60 años de edad intentó en cuatro ocasiones cruzar nadando de Cuba a Estados Unidos, en una interpretación que para muchos la hará contendiente a un Premio de la Academia en su próxima edición
Como una de las nombradas entre las posibles nominadas al próximo Oscar, a los 64 años, Annette Bening tuvo que convertirse en una nadadora profesional para mostrar la vida de la verdadera Diana Nyad que desde los 60 años intentó cruzar nadando desde Cuba hasta Estados Unidos, cuatro veces. Y en comparación, Annette también tuvo otros cuatro intentos importantes, pero con otra competencia muy diferente, como las diferentes nominaciones al Oscar por ‘The Grifters’, ‘American Beauty’, ‘Being Julia’ y ‘The Kids Are Alright’. Y tal cual como ‘Nyad’, ella sigue intentando conseguir la más importante meta del Oscar que nunca obtuvo, hasta ahora.
¿Sabía que podía significar una nueva nominación al Oscar el hecho de contar otro gran desafío de una verdadera nadadora como Diana Nyad? Es una pregunta difícil de contestar... el guion ya contaba con una narrativa maravillosa y el personaje era muy atractivo. Yo también sabía quién era Diana Nyad desde que había dejado de nadar. Y cuando decidió lo que ahora mostramos en el cine, a los 60 años, la estuve siguiendo. Es por eso que no dudé en filmar esta historia, para zambullirme literalmente, porque moría por hacer algo así. La experiencia me encantó.
¿Y en aquel momento imaginó el verdadero entrenamiento que iba a necesitar para aparecer como una verdadera nadadora? Y lo digo porque esa es la gran razón por la cual se habla tanto de una nominación al Oscar. La verdad, no lo supe hasta después de aceptar... Suena ridículo pero realmente no lo pensé. Me pareció una broma, no podía creer que de verdad me estaban ofreciendo una historia como está, yo quería hacerla, pero recién después tuve que salir a trabajar como nunca antes.
En la pantalla, impresiona el parecido físico con la verdadera nadadora Diana Nyad, aunque Annette Bening se vea mucho mejor personalmente, bien maquillada y con un mejor peinado que la cara lavada y el pelo mojado del cine. Pero es esa misma naturalidad, sin botox ni cirugía estética, que también suma la orgullosa confirmación de haber cumplido 65 años, el último 29 de Mayo. Y así es como justamente empieza la historia en Netflix, con la fiesta de cumpleaños de Nyad, a los 60 años, cuando incluso se da cuenta que ya tiene la mentalidad que no tenía en su juventud, lograr el imposible desafío de nadar desde Cuba hasta Estados Unidos. Y con la compañía de Jodie Foster personificando a la fiel amiga y entrenadora Bonnie Stall, Annette Bening cuenta la fabulosa hazaña de los diferentes intentos que ninguna otra nadadora había logrado antes.
¿Qué tan duro resultó el entrenamiento? ¿En qué momento se dio cuenta que podía nadar como una profesional? Solo puedo decir que hoy soy nado mucho mejor que en la época que filmamos ‘Nyad’. Todavía sigo nadando y me encanta. Es como todo, cuando practicas, encuentras el momento en que todo fluye mejor. Yo siempre nadé desde niña, hice buceo, trabajé en un barco, me la pasaba en el océano, lo amo, es un lugar donde me siento muy cómoda. Pero nunca fui una nadadora al nivel de Diana Nyad. Pensé que iba a ser fácil, estoy en buen nivel físico, soy una mujer activa, pero al momento de meterme al agua me di cuenta que estaba sola.
¿En ningún momento dudó que no iba a poder lograr la perfección de una nadadora profesional? Hubo cierto momento en que lo cuestioné “¿Cómo voy a hacer esto?”. Y ne fui a YouTube a buscar cómo se nada en estilo libre, pensando que tampoco podía ser tan difícil. Ahora sé que se necesita mucho más que ver un vídeo de YouTube. Necesité ayuda de una entrenadora profesional llamada Nada Owen, que también nadó en las Olimpíadas. Y trabajé sin parar. Nuestra película se pospuso varias veces y pude tener más tiempo para entrenar. Nadé muchísimo, todo los días. Y fui al gimnasio que no me gusta tanto. Pero ahora soy adicta a la natación. Comí mucho pollo, pequeñas porciones de comida y cosas así, pero quería que mi cuerpo también se viera bien en traje de baño.
¿No pudieron haber aprovechado una doble profesional para las escenas de natación?
Probablemente sí, supongo que sí, pero a mí me gusta sentir lo que mi personaje siente. A lo mejor me pasé demasiado por ese lado, pero lo logré, me sentí como ella al querer lograr lo imposible.
¿Jodie Foster había aceptado el rol secundario de la entrenadora desde el principio? Sí, cuando me contaron que se lo iban a ofrecer, yo dige que ella nunca iba a aceptarlo. Bien podía interpretar mi personaje de Diana, no creía que podía aceptar un rol secundario. Pero cuando aceptó, me fue a ver a mi casa y la verdad, me parece que vino para probarme (Risas).
¿No se conocían? Conocía profesionalmente a Jodie Foster, había visto su trabajo, su talento es innegable. Nos conocíamos, pero no demasiado. Y nos llevamos maravillosamente bien desde el primer minuto. Ella es siempre la más inteligente del lugar, tiene más experiencia que cualquiera. Y además es muy buena directora de cine. Sabía que íbamos a contar con la mejor. Y tengo que agradecerle mucho porque fue la que también me cuido más durante todo el rodaje.
¿Se volvieron tan amigas como en el cine? Sí, con Jodie hoy somos muy amigas, en la vida real. Las dos tenemos nuestras parejas, nuestros hijos, pero hay algo especial en nuestra amistad que es tan poderosa como la historia del cine de ‘Nyad’, como las verdaderas Diana Nyad y Bonnie Stull. En la actuación aprendí a prestar atención lo que escuchamos y estar bien presente con la persona que tengamos frente nuestro. Es lo más divertido, por la adrenalina de ver que alguien se convierte en alguien diferente... y con alguien como Jodie Foster, no se siente como un trabajo. Simplemente tuve que responder lo que veía. Pero volviendo al tema de la amistad, surgió orgánicamente. Las dos tenemos perros fabulosos... (riendo) tenemos mucho en común.
¿Juegan tan bien al ping pong como se ve en el cine? Al principio solo actuamos pegando al aire, pero Jodie insistió en usar pelotitas de verdad y competimos como se ve en el cine... intentamos hacer lo mismo con racquetball y ahí sí que no pude pegarle a nada (risas).
¿Hubo alguna escena de la ficción que realmente no pasó en la realidad? No quiero arruinar la historia pero hay un punto sobre el final donde Bonnie se mete al agua... fue emocionante, pero fue solo parte de la ficción. No pasó en la realidad.
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¿Cómo vivió el verdadero encuentro detrás de cámara con la verdadera Diana Nyad? Al final, en los títulos las muestran nadando juntas... La amo. La pude conocer muy bien. Tuvimos conversaciones muy personales, muy privadas entre nosotras dos, cosas que no le vamos a contar a nadie. Y esa confianza significa mucho para mí. La adoro, tiene mucho carisma... y es una mujer muy fuerte. Solo alguien que puede nadar sin parar 50 horas, debe contar con una personalidad para nada usual. Tiene una suavidad especial sumada a un intelecto increíble. Gracias a ella, conseguimos que ya no tengamos que interpretar el típico estereotipo femenino. No necesitamos interpretar la idea que una mujer de 60 años es una abuela. Empecemos a hablar de gente específica.
¿La escena más difícil de filmar a nivel emocional? Diana había sido sexualmente abusada por su entrenador de natación a lo largo de toda la escuela secundaria. Es algo muy común entre las mujeres deportistas, en tenis, gimnasia o natación, muchas mujeres jóvenes sufren abusos donde los entrenadores toman ventaja por obvias razones. Y queríamos que esa parte de la historia se mostrara de la forma correcta, aunque tampoco quisimos simplificarla porque era un tema muy delicado y hay un momento donde Diana habló un poco de eso y para mí fue muy importante tocar las complejidades de aquella experiencia para mostrarla tal cual y como es lo que pasa con algo así, cuando alguien es tan joven.
¿Qué tan importante es filmar historias ejemplares de una verdadera mujer para generaciones más jóvenes? Me encanta responder esa clase de preguntas, porque no es una película solamente para mujeres jóvenes, también es para hombres jóvenes. Va más allá de cualquier sexo y edad. Es lo bueno que tiene la historia de Diana, por haber hecho lo que hizo a los 60 años, algo completamente inusual y muy extraño. Y es muy cierto que no lo pudo haber hecho a los 20 años porque no tenía la mente que tiene ahora. eso es lo que me encantaría que vean las jovencitas, la gran determinación
¿A nivel personal la inspiró también a cambiar algo en su propia vida, después de los 60 años? La mejor inspiración de esta historia es mostrar a alguien que se levanta un día y dice que no terminó su vida. El mundo cree que yo estoy terminada, pero no estoy terminada. Es algo que yo entendí hace muy poco. Mi vida no se terminó. Necesitamos reinventarnos a medida que envejecemos. La sociedad nos dice que nuestra vida terminó, pero hay que demostrar que la vida sigue siendo vida después de los 40 igual que a los 18 años. Hay algo muy especial en reinventarnos con un cuerpo que tanto amamos, con la nueva sabiduría que también conseguimos. Es algo que la cultura nunca nos había permitido a las mujeres, hasta ahora. Mi madre tiene 94 años y es una persona increíble. Mi padre falleció hace poco, a los 97, pero mamá disfruta los juegos de bridge con sus amigas, lee todo el tiempo, descansa a la tarde y toma un cocktail a la noche. Es remarcable la serenidad que tiene. Y es un poco lo que quiero decir: todos tratamos de encontrar la forma de vivir con lo que tenemos.